Desde el aislamiento de una celda, la dignidad y la valentía se imponen
al quehacer sistemático de la crueldad. La imaginación desmedida, aun la
locura, se convierten en sí misma en una razón justificada.
"Esta es la crónica de una dedicatoria anunciada. Fue aquel día, ¿te
acordás? Cuando salimos a correr como siempre y vos no pudiste. Ahí te
detectaron la porquería esa, que pudo contigo lo que nadie. Nos fuimos -
silenciosos- para el fondo debajo del parral. Allí mate a mate te conté
de estas páginas, te anuncié la dedicatoria y vos liberaste esa sonrisa
de pupilas buenas, pícaras. Esto es para vos, hermano. Con Todo."
Dedicatoria para Raúl Sendic
